Durante 2017 contacté con Desilence, empresa de mapping y visuales referente en toda Europa, para proponerles realizar prácticas con ellos durante un año. Ellos accedieron, y me pusieron al día con mis conocimientos de animación 2D y 3D.
Poco después de comenzar las prácticas, me pidieron que colaborara con ellos en un proyecto para Weimar, Alemania. Pese a que la base creativa, narrativa y sonora ya estaba en marcha, me cedieron la posibilidad de crear las animaciones que luego servirían para crear el conjunto del espectáculo.
Quedó este proyecto, prácticamente digno de un museo.